Ya sé que mis pretextos cada vez funcionan menos, así que esta vez no voy a excusarme, que ya todos sabemos que seguro andaba parrandeando por ahí y dejé una vez más mi propósito de escribir al menos una entrada al día.
No obstante, he regresado (aunque sin pretensiones de hijo pródigo) y en vista de que también se me pasó el jueves y de que me esperan las últimas cincuenta páginas de la novela que me ha atrapado en las últimas dos semanas, me limitaré a emitir una confesión sobre mi manera compulsiva de comprar.
En abril de este año gané un concurso de Gandhi reuniendo más puntos que otros compradores durante un mes; el 23 de diciembre (y ya sé que esas cosas no deben dejarse para la última hora) el cajero me saludó con un "es usted una adicta, Señorita"; hoy la chica del módulo de información supo por qué libro iba a preguntar tan sólo con acercarme... y el saludo en la caja fue "¿ya tan pronto a tomar la revancha de Navidad?"...
Tal vez parezca presunción, tal vez lo sea un poco, pero es también una confesión: Hola, soy Aremy y soy presa fácil de la mercadotecnia y adicta a comprar libros..."
viernes, 28 de diciembre de 2007
De las compras compulsivas..
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