jueves, 30 de junio de 2011

Alergias

Siempre me ha parecido tristísimo ser alérgico a algo que te guste mucho, particularmente cuando es algo tan placentero como el chocolate o el queso. Hoy confirmé con tristeza que eso me pasa con los gatos... Con lo rico que es el gato asado...

jueves, 17 de marzo de 2011

De las chingaderas...

Hace muchos años, un amigo mío (tan ateo como la mayoría de mis amigos) me planteaba su teoría sobre los únicos entes metafísicos que, en su opinión, existen: LAS CHINGADERAS.

Su argumento empezaba planteando una situación hipotética, en la que estás con la mujer que amas y ella de pronto te dice que ya no quiere estar contigo.

En el supuesto las cosas están bien, tú la amas, ella te ama y así, de pronto, te dice que no quiere estar contigo...

¡Definitivamente no puede ser cosa de ella! ¡Ella es la mujer que amas!

Entonces, como explicación evidente, tienes que aceptar que aparecieron las chingaderas.

Las chingaderas, en esta teoría, son esos entes metafísicos que andan flotando en el espacio y trastornádole la vida a todo desafortunado individuo que se tope con ellas.

Era una teoría compleja que especulaba sobre el lugar del que emergen y otros detalles morobosos que ya ampliaré en otro post. Por ahora basta con compartir el proceso de comprobación práctica, que implicaba una atención especial en la vida cotidiana para detectar el preciso instante en que los entes aparecían, para inmediatamente registrarlo mediante la expresión de la frase CASI sacramental: "... y ahí están."

En fin, cada quién tendrá sus creencias sobre los seres incorpóreos, pero es cierto que todos nos enfrentamos a veces con situaciones en las que no cabe más que decir "y ahí están".

miércoles, 9 de marzo de 2011

De lo perdido y lo que aparece

Y bueno... llega un día en el que los recuerdos no duelen, aunque extrañes.

Porque no importa lo que se haya dicho, tú sabes que existió y has sido incapaz de blasfemar en su contra. Y ahora viene la vida y se acomoda como un diablito, justo detrás de tu oreja, para contarte noches y madrugadas y mañanas y tardes, que ahora son un premio porque no duelen y te hacen sonreír, aunque extrañes.

Sabes que vas a extrañar siempre, no puede ser de otro modo. Sabes que no habrán reemplazos y la verdad es que no los buscas. No tiene caso, aunque extrañes.

La vida va pasando, haces muchas cosas y siempre te va a hacer falta compartirlas; pero hay noches como esta, en las que viene un recuerdo y no resistes la tentación de saborearlo, porque fue dulce y es bueno, y los fracasos ya no lo son tanto.

Preguntando tal vez no llegues a Roma... pero a algún lugar llegarás...

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