lunes, 23 de febrero de 2009

LAS TARDES DE FEBRERO


Habré de reprocharme largamente las tardes de febrero que estoy perdiendo aquí.

Debería sentarme en los jardines de la universidad y tomar ahí este café, que en cambio ahora es sólo un paliativo contra la falta de belleza.

Tendría que tomarme la tarde para pasear por las librerías y luego buscar un buen lugar para sentarme a saborear mis emociones.

Me debo una disculpa, larga y sentida, por dejar a un lado mis deberes más sagrados.

Preguntando tal vez no llegues a Roma... pero a algún lugar llegarás...

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