miércoles, 8 de abril de 2009

El miedo

Se supone que el miedo se encuentra entre los mecanismos de defensa que hemos desarrollado algunos seres vivos; que al menos para nuestra especie tiene como función básica facilitar que nos alejemos de aquello que pueda dañarnos. Sin embargo, todos los discursos que pretenden enseñarnos a ser exitosos aconsejan que olvidemos nuestros miedos, pues el miedo detiene, paraliza y evita el crecimiento.

Habría que recordar que también puede evitarnos ciertos daños, pero aparece aquí la célebre frase sobre el que no gana por no arriesgar.

Claro que el miedo es un asunto bastante más irracional que el fruto de estudios científicos, pero al menos a mí nunca me ha interesado negar mi lado animal. Es más, puedo presumir que he disfrutado -y constantemente disfruto- muchas de sus ventajas.

Tal vez habría que analizar el origen de nuestros miedos, comprobar que la experiencia que nos enseñó a temer determinada cosa es absolutamente aplicable al objeto ahora recelado, pero también son tentadoras las segundas oportunidades y después de todo la vida está llena de pros y contras.

Pienso otra vez en Sabina cantando que no hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió. Pienso en mis temores y en El Tigre diciendo lo triste que es morir ileso.

Tengo mucho miedo.


miedo.*
(Del lat. metus).
1. m. Perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario.
2. m. Recelo o aprensión que alguien tiene de que le suceda algo contrario a lo que desea.



* Diccionario de la lengua española - Vigésima segunda edición, www.rae.es

1 comentario:

Don Danielo Rergis dijo...

Miedo es algo natural, sin el miedo siento que la vida sería muy sencilla.

Sin el miedo no habría preocupación y sin preocupación no hay vida; aun que la vida sin precupación a veces es buena, no siempre.

Preguntando tal vez no llegues a Roma... pero a algún lugar llegarás...

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